Pero en la Tierra tenemos una atmósfera que aporta una variable más, la resistencia del aire. La pluma flotaría y llegaría al suelo mucho más tarde que el martillo.
David Scott, uno de los astronautas de la misión Apolo XV (1971), probó esta teoría en la superficie de la Luna. Este es el documento gráfico que hemos encontrado en YouTube:
Dos palabras... ¡¡¡Im presionante!!! :D
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