La enfermedad celíaca es una enfermedad autoinmune caracterizada por la inflamación crónica de la parte proximal del intestino delgado, causada por la exposición a la gliadina (una proteína vegetal presente en algunos cereales, formando parte del gluten).
Varios cereales de uso común contienen gluten, a saber: Trigo, Cebada, Centeno y Avena (por contaminación cruzada) fundamentalmente.
Supongo que estaréis pensando… ¿De qué habla este tío?... Lleva más de 7 meses sin actualizar el blog y, de repente, se pone a hablar de enfermedades raras.
… Y tendréis razón… Pero existe un motivo… Storch y yo hemos estado muy ocupados y preocupados por esta enfermedad los últimos meses. Uno de nuestros hijos ha sido recientemente diagnosticado de esta enfermedad.
Por fin tenemos la solución al enigma, y por fin Raúl ha recuperado la alegría, ha empezado a crecer, a engordar, a moverse, a correr, a hacer trastadas y, en fin, a hacer todas esas cosas que hacen los niños.
Ahora, visto con la perspectiva de los meses que han pasado, resulta evidente que algo no estaba bien. El problema es que tú vas viendo al niño día a día y el cambio no es tan evidente. Sólo cuando empiezan las vomitonas, el mal humor continuo, la debilidad… Sólo entonces te das cuenta.
Vista desde fuera y sin mucha reflexión, la eliminación del gluten de la dieta puede parecer sencilla (a mí me lo parecía): suprimes el pan, la bollería y la cerveza si eres adulto; y asunto solucionado.
Craso error. El gluten se utiliza muchísimo en la industria alimentaria como espesante y/o gelificante. Por otro lado, normalmente se utilizan las mismas máquinas para realizar diferentes procesos o productos. Esto implica que, alimentos que en principio no contienen gluten pueden quedar contaminados, debido a la dificultad de limpiar las máquinas y utensilios de esta sustancia. Total, un lío.
La FACE (Federación de Asociaciones de Celíacos de España) elabora anualmente una lista que, desde que la enfermedad es diagnosticada, debe tratarse como la “Biblia del Celíaco” y que contiene los alimentos que han sido certificados como aptos para su consumo por la población afectada.
Supongo que cuando los burócratas se conciencien de la existencia de esta enfermedad y de que su incidencia es cada vez más elevada (o al menos se diagnostican más casos) obligarán a los fabricantes a ser claros en el etiquetado de sus productos y a que denuncien en la lista de ingredientes la presencia de gluten (incluso la posibilidad de presencia de trazas). Eso espero.
Como espero que se desarrollen acciones formativas entre nuestros pediatras, y técnicas de detección precoz de la celiaquía, que eviten en la medida de lo posible, que otras familias se consuman durante meses sin saber qué le pasa a su hijo y acaben viéndole así:
En fin, lo cierto es que el diagnóstico a Raúl nos ha cambiado un poco la vida a todos. Excepto por el pan y la pasta, nos hemos convertido en una familia “libre de gluten”. De esta forma evitamos los casos de contaminación por errores de manipulación y simplifica la ordenación de la despensa.
Incluso Víctor, con tres años y medio, ha aprendido ya que su hermano no puede comer ciertos alimentos y, cuando pone la mesa, coloca el pan en la parte más alejada del asiento de Raúl.
Seguiremos informando…
1 COMENTARIOS:
Hola soy madre de dos niños celiacos y el tercero esta por ver aunque creo que tambien es celiaco. Solo darte animos y decirte que solo con ver el cambio que porducen los crios cuando suuprimes el gluten bien vale la pena. Animos y ya somos dos familias libres de gluten
12 de abril de 2009, 13:44Publicar un comentario